Acabamos de estrenar el mes de marzo y el paisaje jijonenco es ya una explosión de colores, blanco y rosáceo, gracias a los almendros en flor, una imagen que para Jijona tiene mucho valor, pues nos indica que comienza, un año más, el proceso que dará lugar en diciembre a nuestro queridísimo turrón.
Los libros de historia recogen que el origen del turrón es árabe pero también reconocen que fueron los jijonencos quienes perfeccionaron y comercializaron universalmente este dulce tan peculiar que se consume durante todo el año en muchos países, aunque muy especialmente en Navidad.
Los primeros turroneros eran en realidad agricultores que idearon la manera de aprovechar el excedente de cosecha de almendras y buscaron la forma de conseguir unos ingresos extra a partir del mes de septiembre.
Con una mezcla de almendras, miel y/o azúcar y clara de huevo, obtuvieron una masa dulce que vendían de forma ambulante en las ferias y mercadillos de los pueblos cercanos a Jijona, primero, y por todos los rincones de nuestro país, poco después.
No tuvo que pasar mucho tiempo tampoco para que los primeros turroneros cruzaran el charco pues en los países de Sudamérica hallaron un mercado fiel y apasionado por los turrones de Jijona.
Y esta es una brevísima manera de contar cómo el origen de casi todo está en la naturaleza, en lo que nos da la tierra que nos rodea, y cómo el hombre es capaz de transformarlo en algo tan delicioso ??.
