Cuando el gran Antonio Machado hablaba de los almendros floridos, en su poema La primavera besaba, destacaba su hermosa flor blanca y rosada, como fuente de inspiración para un joven poeta.
Sin embargo, esta semana hemos participado en la I Jornada sobre la Almendra Marcona y hemos aprendido también que el fruto del almendro, además de hermoso, es un tesoro nutricional y ambiental de primer orden.
La almendra marcona, semilla autóctona del Mediterráneo, es el ingrediente principal de los turrones de Jijona y Alicante, que cuentan con el sello de calidad y valor reconocido de una IGP –indicación geográfica protegida-.
Aunque es cierto que algunos turrones no se nutren exclusivamente de almendras marconas, también es verdad que el auténtico y genuino turrón de Jijona y de Alicante se hace, se hizo y habrá de hacerse, con almendra Marcona.
¿Y esto por qué? Pues porque es la almendra natural que se cultiva en Jijona, la cuna del turrón, y en prácticamente en todo el Levante español.
Es una almendra especialmente arraigada a las cualidades de la tierra en la que crece de forma natural y, además, es la almendra que ya utilizaban nuestros antepasados en la elaboración del turrón desde hace más de 500 años.
Ellos no se planteaban importar almendra de otros lugares porque tenían suficiente fruto autóctono para preparar el producto navideño por excelencia.
Nos cuentan los abuelos que el turrón nace realmente de la necesidad de aprovechar el exceso de producción de almendras que los pequeños agricultores no podían vender. Era la manera de aprovechar la cosecha íntegramente.
Ahora reivindicamos el consumo y la utilización de los denominados productos de Kilómetro cero, esos que se cultivan cerca del lugar en el que los vamos a consumir.
Pues bien, la almendra marcona es para el turrón de Jijona esa referencia de proximidad necesaria, no solo para mantener sus cualidades de sabor y virtuosismo nutricional, sino también por cuestiones de sostenibilidad económica y ambiental.
Desde aquí reivindicamos volver a consumir desde el sentido común frutas y verduras solo de temporada y cercanía.
Los productos exóticos importados están bien para el consumo ocasional pero no podemos olvidar que somos prescriptores de la Dieta Mediterránea, declarada patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO y una de las claves de la gastronomía de nuestros bisabuelos es precisamente esa: comer lo que nos da la tierra cuando nos la da.
Parece lógico, ¿verdad? Entonces por qué ya no nos sorprende encontrar en la carta de cualquier restaurante un buen brownie o un tiramisú y sí nos deja ojipláticos ver un turrón de Jijona o un pan de Cádiz?
Igual es porque ya no leemos poesía…
P.D: Aquí os dejamos el poema de Machado para que podáis disfrutar de una lectura preprimaveral muy gustosa ?.
LA PRIMAVERA BESABA
La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil…
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.
Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
—recordé—, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy, en mitad de la vida,
me he parado a meditar…
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!
Antonio Machado