El proceso de elaboración del turrón de Jijona conserva un marcado carácter artesanal respetuoso con la tradición. Te sorprendería ver cómo se hace, porque a pesar de que se trata de un producto que exportamos a medio mundo, en su proceso de elaboración sigue estando muy presente la mano del hombre para prácticamente todas las fases.
Lo primero que se hace es cocer la miel. Para ello, se vierte esta en un recipiente que se llama «mecánica» junto al azúcar, y posteriormente se añaden también las almendras. El maestro turronero supervisa en todo momento la evolución de la mezcla y cuando considera que está en el punto óptimo se extrae y se deja enfriar.
El siguiente paso será llevar esta mezcla al molino, donde la piedra hace que la masa quede refinada y con la textura adecuada. De ahí se lleva al boixet, que es quizás la máquina más característica del proceso de elaboración del turrón. Se trata de una especie de mortero grande donde el llamado boixet sacude una y otra vez la mezcla al mismo tiempo que se le aplica calor.
El maestro turronero dirá cuándo se puede sacar del boixet, aunque antes de hacerlo se echarán los trocitos de almendra para hacer el turrón granulado. Una vez se saca de los boixets, la masa se mete en moldes y se deja reposar durante un par de días para que se enfríe y libere todo el aceite sobrante. A continuación, se envasa y ya tenemos el producto preparado para llevarlo a tu tienda de confianza y que lo disfrutes.