Seguro que cuando llega la Navidad sois de los que acabáis cambiando las tradicionales magdalenas o pastas de té por las marquesas de almendra para acompañar el café con leche de la mañana o la infusión de la tarde.
Su delicadeza y finura hacen que estos pequeños pasteles sean el bocado perfecto para endulzar cualquier momento y agasajar a nuestros invitados. Son ligeros, de textura suave y exquisita, gracias a su alto contenido en almendras, y es, precisamente, esta delicada consistencia la que les profiere su nombre de tintes tan aristocráticos.
No está muy claro el origen de este dulce. Algunos lo sitúan en la estepa toledana a principios del siglo XX y, otros, en puntos más lejanos de la vieja Europa.
Sea como fuere, está claro que las exquisitas marquesas llegaron para quedarse y tienen hoy un hueco especial en la despensa navideña, pues son un bocado ligero y delicado, que merece la pena incluir en nuestro repertorio de dulces.
Además, los fieles a las marquesas tenéis dos opciones igualmente deliciosas para disfrutar de ellas durante todo el año: podéis comprar una caja de 16 unidades de Marquesas Picó -elaboradas con un 30% de almendra- o podéis hacer vuestra propia hornada siguiendo alguna receta tradicional como está del blog Cocinillas.
Si os animáis, contadnos qué tal os han salido y si sois o no fans de las marquesitas ?.