¿Qué tendrá el turrón de yema tostada de Turrones Picó que nos vuelve locos? Será, tal vez, por la presencia del triptófano, ese aminoácido esencial que se encuentra en distintos alimentos como el huevo o los frutos secos como las almendras, y que es el responsable de subirnos el estado de ánimo.
O tal vez será por ese gusto caramelizado que deja en la boca el azúcar tostado a fuego y que nos traslada a nuestra infancia cuando, en ocasiones especiales, la abuela sacaba de postre crema catalana o flan de huevo con ese caramelo pegajoso y tremendamente bueno que nos encantaba.
A lo mejor, el turrón de yema tostada sigue triunfando cada Navidad porque es un capricho que pocas veces nos permitimos en otros momentos del año. Su textura granulada y compacta al mismo tiempo lo convierten en un bocado único.
Este año, además, en Turrones Picó, estamos de celebración porque se ha unido a la familia de la yema tostada una nueva tableta: la del turrón de yema tostada calidad suprema hecho a mano.
Con una presentación muy cuidada, con tabla de madera incluida, y un peso óptimo de 250 gramos, este turrón de yema ha venido para quedarse. Y nosotros, ¡¡felices!!